Desde niña me ha llamado mucho la atención esa marca redonda
que tenían mis padres en el brazo y en el muslo; mis hermanos y mis amigos no
la tenían, pero sí los de ellos.
Me recordaba a esas escenas de película del oeste, en la que
marcan al ganado con un hierro incandescente e imaginaba que ellos habían
sufrido algo parecido.
Muchos años después, descubrí que lo sucedido no era eso,
sino que esa “generación marcada” debía sus cicatrices a una vacuna. Me han
llegado a contar que les cortaban con
una cuchilla de afeitar para inoculárselas o como les llegaron a poner una
vacuna, sobre la herida aún infectada de la anterior. Cada una de las personas que he fotografiado, tiene una historia que contar respecto a su marca.
He comenzado un proyecto de retratos en los que personas de
esa generación lejos de esconder sus cicatrices, lucen con dignidad sus marcas.
Os presento una muestra de este trabajo que no ha hecho más que empezar y con
ellas, espero conseguir que muchos más quieran mostrarlas.
1 comentarios:
A muchos hombres, esa marca en el muslo femenino nos parece muy sexy
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