La religión budista lleva asociada un uso cotidiano de flores frescas a modo de ofrenda: flor de loto, guirnaldas de jazmín y caléndula, orquídea y rosas se pueden encontrar en los templos de la ciudad, pero también en pequeños altares o como amuletos en los taxis y autobuses. Y es en el Mercado de las Flores de Bangkok donde un verdadero hervidero de actividad nocturna garantiza que la ciudad disponga de el maravilloso toque de color que la flor fresca proporcina.
El hielo necesario para su conservación también es un elemento indispensable en este mercado.
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